UN BRAZO NUEVO PORFAVOR

MARCADO COMO EL GANADO

LAS AVENTURAS DE XEWBAKA EN PARÍS

Aquí estamos otra vez!

Vengo de oncología (consultas sobre tumores y cánceres) y es realmente increíble cómo la gente se gasta mucho dinero (e insisto, mucho) en tratar a un perro/gato muy mayor (un perro de 14 años por ejemplo) con radioterapia y quimioterapia con una corta esperanza de vida. Me parece realmente bonito el aprecio y amor que la gente le tiene a sus mascotas/amigos. Es una parte bonita de la veterinaria, sí.

Pero no nos pongamos sensiblones que hoy vengo a hablar del día de ayer y mis fortuitas lesiones en la mano derecha:

El día empezó de manera, por así decirlo, curiosamente. El hecho de no tener un cazo, olla o similares y la imperiosa necesidad de ingerir cafeína en formato de café soluble para poder ser un humano a las 7.15h de la mañana me llevo a medidas desesperadas. Que por cierto, ¿qué necesidad habrá en el mundo hacer las cosas tan pronto? ¡¡Será que no habrá día por delante!! ¡¡A esa hora ni las calles si quiera están puestas (o están en ello)!! Nunca lo entenderé, y por eso prometo crear un debate e intentar cambiar esta sociedad vespertina y provocar una revolución a nivel mundial. Sé que será difícil con un simple post, pero seguro que todos me apoyaréis… ¿A que sí? ¿Eh?

Pues lo que os iba diciendo, que tenía que calentar la leche y sí, lo hice, pero no de una forma demasiado ortodoxa (ver foto) (además el café sabía un poco a las salchichas que hice de la noche anterior…^^).

Fijaros que blanca blanca, la leche no esta...^^

Después de ese curioso almuerzo, me dirigí hacia la sala de endoscopias y entre otros casos, había que dormir a un gato y para ello había que sujetarlo. Todos me miraron cómo: hazlo tú, que a mí me da la risa. Y yo pensé: una gata de 13 años, gorda y aparentemente tranquila, no me puede pasar nada. Además con lo fuerte que estoy ¬¬’ eso debe ser pan comido… ¡¡Y una mierd…!! La maldita gata se me tiró en plan pantera pero me salvaron mis reflejos arácnidos (en verdad fue mi bata…). Así que pensé, ¿un gato? ¿Cómo va a poder conmigo? Lo amarré bien, con toda mi rabia y poniendo en el asador mi orgullo y supuesto “tacto” con los animales. Y cuando fueron a meterle mano otra vez… se me volvió a lanzar encima a lo Velocirraptor que ni mi sentido arácnido (ni mi bata) pudieron evitar el  lo que más temía: tener que pedir ayuda ^^.

Los resultados.

Y es que he llegado a la conclusión que prefiero meter la cabeza en la boca de un T-Rex y su supuesto aliento a putrefacción, que sujetar a un “lindo gatito” sin chaleco antibalas.

Pero no acabó ahí el día de las lesiones, no. Por la tarde tenía entreno de balonmano, el reencuentro con mi deporte de la infancia y que hacía por lo menos 4 años que no lo practicaba. Y quien me diría hace un mes que jugaría un partido de balonmano en pleno París... Pero sí, van ha hacer chanchullillos para que el lunes debute con un curioso entreno en las espaldas, y digo curioso por qué me pasó algo que jamás me había imaginado que podía pasar (ver foto).

Balonmano o un incendio?

Sí amigos, no sabía que sujetar una pelota con pega (resina que se usa en balonmano para, sobretodo, que no se resbale la pelota entre otras cosas por el sudor) podía crear heridas de 3º grado. Al principio me dolía y cuando me di cuenta… ya había dejado un reguero de sangre en la pelota^^.

Sí, realmente fue un día accidentado y curioso, pero creo que atisba un poco las extrañas cosas que me van a suceder en este extraño país de las bagettes.

Saludos parisinos amigos!