EL CONSULADO ESPAÑOL de PARIS
LAS
AVENTURAS DE XEWBAKA EN PARIS
165, Boulevard Malesherbes , 75840
Paris Cédex 17
HORARIOS
Lunes a Jueves : 8h30 a 14h30
Viernes: 8h30 a 14h
Primer sábado No Festivo del mes : 8h30 a 12h00
Viernes: 8h30 a 14h
Primer sábado No Festivo del mes : 8h30 a 12h00
METRO
Linea 3: Wagram o Malesherbes (las dos están cerca)
Linea 3: Wagram o Malesherbes (las dos están cerca)
XEWBAKA EN EL CONSULADO DE ESPAÑA FRANCES
He salido de la clínica veterinaria donde
trabajo por las noches haciendio urgencias a las 7 de la mañana. Me he levantado bien
hoy la verdad, hacia un buen día de verano, solecito y esas cosas insólitas en Paris, o
al menos este verano, que está siendo realmente rancio.
Me he puesto los cascos, he enchufado el
mp3 y a andar. Tenía una hora casi de camino. Metro? Sí, podría haber ido en
metro pero cansa estar todo el día en el subsuelo, respirando esos aromas a
pulcritud, y por una vez que hace bueno había que aprovechar.^^ Total, era tan solo una horita para llegar a… sí lo habéis adivinado, al consulado español!
Realmente es un sitio curioso, muy curioso.
He estado haciendo cola en la puerta de la calle hasta las 8h30, (sí, un poco
pronto para ser horario español). La gente que me acompañaba en la cola me
resultaba conocida, no sé, me ha dado una sensación de añejo todo aquello… y
más al ver a 3 monjas vestidas de blanco en la cola. ?? Me hubiese encantado tomar una foto de la
estampa.^^
Abren la puerta y todos nos abalanzamos
cual jabatos delante de un trozo de carne, no vaya ser que al de atrás se le
ocurra colarse hombre!! Maleducado!! ~~'
Y es que a pesar del ambiente parisino que
se respiraba, con esa ancha avenida con edificios la mayoría de cinco pisos,
con esa arquitectura parisina, y la típica boulangerie (panadería) francesa con
ese olor a croissant (o a kilos de mantequilla) que tenía al lado, estaba en la
cola de algo distinto, en una cola española, y eso se notaba.
Mi asombro fue al abrir y tener que pasar
por el detector de metales. Allí estaba amigos, delante de mí se encontraba ese
hombre con cara de haberse tomado 7 bolsas de té verde sin azúcar, con ese rezumar
de simpatía que supuraba por todos y cada uno de los poros de su cuerpo. Qué
quién? Sí, lo habéis acertado, era un guardia civil! Creía que nunca diría
esto, pero me ha gustado ver a un guardia civil y su simpatía genuina.
"Buenos días caballero" le suelto (que pasa, hacía mucho que no usaba
el “caballero”!^^) respondiéndome: - Uhm - ése sonido gutural, ese sonido que
bien podría haberlo pronunciado uno de nuestros antepasados de hace miles de
años. Ahí fue donde dije, -estoy en España-, sobre todo después de pasar la
puerta de los metales… Porque no nos engañemos, no es una puerta de metales al
uso, es una puerta interdimensional, una puerta que te transporta a otra época, a
otro lugar. Al atravesarla vislumbré una pequeña resistencia española, un reducto de
casticería propia de los años 60. Esa austeridad en la recepción, ése personal
que te atiende: “disculpe, para esto?” “pa’yá” me respondieron señalando con el
dedo a una vidriera con 8 taquillas. Pa’yá donde? Me preguntaba, pero si hay 8!
Hasta que me di cuenta que la mayoría estaban vacías, que solo había 3 personas
allí... Busqué alguien con cara de simpático para ponerme en la cola. Tarea imposible,
ahí no había un solo atisbo de simpatía en esas caras de carajillo; así que me
puse en la que menos gente había, y como no, acabó siendo la más lenta ^^.
Una vez delante de un señor con gafas
gordas, calvo de coronilla, barba de 2 semanas y peludo de… todo, y con un olor a
Ducados del bueno, le pregunto por mi
gestión y me dice: “eso aquí no es, eso en la taquilla 8…” Pero… pero… En que
tendría que haberme basado pues?! En una regla logarítmica que relacione el
numero 8 con la ley 197 b articulo 7 b en la que se rigen los papeles que tengo
en mano? Hola? Carteles informativos? Creo que ya existían en los 60 no?
Pues allí, en la cola numero 8, alguien me
esperaba detrás de una mampara transparente, la cual había perdido una de sus
funciones para la cual fue fabricada… ésa, la de ser transparente. Costaba ver qué
me deparaba detrás por culpa de millones de huellas dactilares que la
decoraban. Y allí me esperaba una señora hastía, con edad de que sus hijos le
hayan dado nietos ya… si los hubiese tenido claro, con ese tinte rubio
metalizado, con unas raíces que bien podrían ser de un secuoya, y esas gafas en apunto de desplomarse de una nariz aguileña, buitreña diría yo. Le pregunté por mi gestión y
mientras sacaba sus gruesos dedos, donde los anillos estaban escondidos en las
profundidades de unos pliegues rugosos y unas uñas rojas recién pintadas a lo gotéele
para darme una tarjeta, me decía con esa dulzura sobrecogedora que solo los
funcionarios saben transmitir: -Primera planta-. Y ya está. Pero dónde?
Pregunta al guardia, me dice. Error mío al preguntar, no me había percatado que
eso se excedía de sus funciones como funcionaria.
La puerta de entrada
Una vez en la primera planta otro nuevo
reto me esperaba, 5 puertas de madera se encontraban delante de mis ojos,
y solo una me daba el acceso a mi destino. Tal suerte fue la mía que me
encontré una señora con un café en la mano saliendo de una de ellas, y me dijo:
“espérate en la sala de espera, ahora te avisamos”. Y eso hice, me senté en una
silla de metal duro, pero duro duro, de metal puro vamos. Ojeé una de esas
revistas del corazón (eso sí, estas estaban en francés). Pensé: “estarán atendiendo
a alguien” (que inocente soy a veces).
Empezó a acumularse la sala de gente y no
salía nadie de esas puertas de madera,, hasta que al cabo de media hora se abre
una de ellas oyéndose un grito de fondo: “que pase el primero!!!!!” El primero?
Pero que estabais haciendo hasta las 10h30?? Pero bueno, me consoloba que ese era yo; había
llegado la hora de la verdad, el momento que tanto había ansiado. Me hacen
sentarme delante de un escritorio lleno de papeles y de una pantalla de PC
llena de polvo, y cuando me dirijo a pedirle lo que necesitaba… va la tía y se
levanta! Pero por qué me haces pasar entonces!! Ya me daba igual esperar 70
minutos más en la sala ésa, que por eso se llama de espera, pero no me hagas
entrar en balde!! Donde coño vas ahora mujer? Y sí sí, se fue ella tan
tranquilamente, dejando como rastro un intenso aroma de ambientador de coche y
ese retumbar particular de tacones anchos sobre un parqué castigado por el paso
de los años y sobre todo por esos andares toscos. Y allí estaba yo, con cara de
tonto, sin saber que hacer durante 10 eternos minutos mientras ella… yo que sé!
Desayunar otra vez? O estaría Des-desayunando? ^^ Vive l'Espagne!!!
Conclusión: 10 put… euros por un papelito
sellado y por los servicios ofrecidos…
Pero valieron la pena, esas casi 3 horas de
viaje interdimensional volviendo a mis orígenes fueron impagables; que después
de 1 año viviendo en Paris uno necesita de vez en cuando para darse cuenta de
donde está y de donde viene, y entender el porqué… de momento me quedo aquí en
Paris ^^.
A pesar de todo, hicieron que aflorara de mi
esa melancolía, esos recuerdos, sean buenos o malos, pero que te hacen echar de
menos tu hogar y dibujan sobre tu rostro una pequeña sonrisa de añoranza,
mientras uno respira profundamente por la nariz para poder absorber todos esos
olores que no se encuentran una vez se sale por puerta de ese mundo mágico,
de ese parque temático español llamado consulado.
Estoy deseoso que haya algún problema y me
falte algún papel para volver otro día!!^^
Un saludo a todos los que están fuera de
sus casas!! Y a los que no también anda!^^
Que tan identificada me he sentido con tu artículo sobre el consulado. Yo quiero pasarme por la embajada española pero la sola idea de pensarlo me produce algo de terror, debo ser sincera.
ResponderEliminarHace unas semanas fui a los pirineos españoles con mi Familia y mira que estaba a unos poco kilómetros de la frontera francesa, pero hay algo en el ambiente, en el aire, en la gente que te hace pensar y sentir que SPAIN IS DIFFERENT, y creo que eso también es lo que nos hace tan adorables y tan únicos, y como no, el ser el principal destino turístico en las vacaciones de verano. Porque para querernos hay que entendernos.
Ahora, vivimos en Paris, y Francia tiene muchas cosas que anhelaría España, pero hay veces que los franceses también son para darles de comer a parte, y es que nuestros funcionarios se tomaran las cosas con calma, pero los trámites burocráticos franceses no tiene precio, te dejo que lo cuentes en tu próximo episodio ;)
Besos de una madrileña en Paris